Las revoluciones industriales, conocidas como «olas» o «olas de innovación», son procesos históricos transformadores que han marcado la evolución de la sociedad y la economía a lo largo de los siglos. La primera Revolución Industrial, que comenzó en el siglo XVIII, es el ejemplo más clásico de estas olas, y se caracterizó por la introducción de nuevas tecnologías en la industria textil y la expansión de la energía hidráulica.
Las olas de innovación se han identificado en seis etapas principales:
- Primera ola de innovación (1785-1830): introducción de nuevas tecnologías en la industria textil y la expansión de la energía hidráulica.
- Segunda ola de innovación (1845-1900): aparición del vapor y la expansión del ferrocarril, lo que permitió la movilidad y el comercio en masa.
- Tercera ola de innovación (1870-1914): electricidad, motor de combustión interna y producción en masa.
- Cuarta ola de innovación (1919-1971): petroquímica y automoción, con un peso creciente en la economía y una alta capacidad para marcar la pauta en investigación, desarrollo, diseño e innovación tecnológica.
- Quinta ola de innovación (1971-2000): informática y telecomunicaciones.
- Sexta ola de innovación (desde 2000): Internet y la economía digital
«La lV revolución tiene el potencial de aumentar los ingresos globales y mejorar la calidad de vida del mundo«. Schwab
Estas olas de innovación han tenido un impacto significativo en la sociedad y la economía, generando nuevas oportunidades y desafíos. La cuarta Revolución Industrial, también conocida como la Revolución 4.0, es un ejemplo reciente de estas olas de innovación, y se caracteriza por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas.